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Por: Marlene Vega y Álvaro Cruz
En el corazón palpitante de la Zona Rosa de Bogotá, descubrimos un rincón de México que late con fuerza propia: Cantina La 15. Tuvimos el privilegio de visitarla el pasado viernes 11 de abril, y desde ya, lo decimos sin rodeos: es una experiencia que merece ser vivida, repetida y recomendada.
Desde el primer instante, el calor humano se hace sentir. El personal nos recibió con una sonrisa sincera y una atención tan cercana que uno se siente como en casa. La hospitalidad mexicana, en su máxima expresión, se mezcla con un entorno impecable, de tres pisos cuidadosamente diseñados para ofrecer comodidad, buena vibra y una atmósfera que invita a quedarse.
Pero si hablamos de magia, no podemos dejar de mencionar la música en vivo. Un mariachi fuera de serie nos envolvió con su fuerza, su pasión y su talento. Cada nota fue una caricia al alma, y cada canción, una celebración. Y como si fuera poco, la velada continuó con una banda norteña de jóvenes músicos, que con su look moderno y su energía vibrante, pusieron a todos a cantar, a brindar y a sonreír.
Los sabores fueron otro viaje inolvidable. La carta ofrece una selección de platos mexicanos exquisitos, preparados con amor y servidos con esmero. Desde el primer bocado se nota la calidad, el respeto por la cocina tradicional y ese toque especial que solo Cantina La 15 sabe dar.
El sonido, de alta fidelidad, se complementa con pantallas que proyectan videos en perfecta sincronía con la música en vivo, creando un espectáculo audiovisual que eleva la experiencia a otro nivel. Todo está pensado al detalle para que cada visitante se sienta especial.
En resumen, Cantina La 15 Bogotá no es solo un bar y restaurante mexicano: es un homenaje a la cultura, a la música y al sabor, todo reunido en un ambiente acogedor, moderno y lleno de vida.
Nuestra calificación es clara: 10 sobre 10. Y nos quedamos cortos.
Gracias, Cantina La 15, por recordarnos que la buena vida sabe a México… y se vive en Bogotá.
